viernes, 25 de diciembre de 2009

VIII

Cuantas historias se dibujan o desdibujan
cuantas puertas desgastadas, calles pintadas
gestos que esconden mar de historias
en risas, rictus o seriedad compungida

Cavamos pozos, para luego caer en ellos
ya dentro, en la oscuridad tenebrosa
maldecimos a la suerte, dios o el diablo
qué culpa tienen!

ojos que acusan,
dedos que señalan
mutismo que lastima
indiferencia que mata
cada cual aparcado en su propia rutina
siempre menospreciando al de junto
más feo, más raro, más chato
más pobre, más rico, más alto…

Las flores y su obstinación por vivir
enseñan más al flaco humano
que mil libros de moralina
o recetas para vivir del vaticano


¡Cuánto tiempo perdemos en compadecernos de nuestra condición!
sintiéndonos en nuestras palabras como un gusano
No sabemos que él va tan campechano
con ese aire y gesto de muy ufano
por no conocer más mundo y natura
No anda con elucubraciones, divagando…
"la inmortalidad", "permanencia", "omnipotencia"
tantas figuraciones en la cabeza
no dejan respirar al hombre
que de constante se ve y siente atrapado

nuestra mayor virtud es nuestro más grande mal
porque al querer nuestra inteligencia mal usar
creamos cuentos de nunca acabar
como la historia del bien y el mal
la ineptitud y castidad

por qué mejor no aceptar nuestra condición
sin tanto brinco y emoción
para qué tanta preocupación ...
vayamos o vengamos
no depende tanto de nosotros
como de la imperceptible rotación

No hay comentarios:

Publicar un comentario